La unificación de la lengua, una pantomima elitista más.
«El mundo se divide principalmente en tres categorías de gente: un muy pequeño número que produce acontecimientos, un grupo un poco más grande que asegura la ejecución y mira como acontecen, y por fin una amplia mayoría que no sabe nunca lo que ha ocurrido en realidad.» (Nicholas Murray Butler)
¿Y qué tiene que ver todo esto con la lengua, y más concretamente con la lengua valenciana? Pues tiene que ver todo, así como nuestros honrados políticos utilizan otros asuntos como las pensiones, el agua, la sanidad pública, la vivienda, la educación, la naturaleza, los medicamentos y hasta a la mismísima ETA para mentir, manipular y aprobar leyes de mierda (me estoy dando cuenta que no encuentro ni una sola cosa con la que los políticos no nos hayan intentado joder) la lengua valenciana es otra cosa más que manejan y controlan.
PP, PSOE, IU, PODEMOS, Bloc-Compromis, ERC. Universidades siguiendo el criterio ya demode, de autoridad, como en el siglo XIX. Todos en mayor o menor media han contribuido al proceso paulatino de introducción de la norma idiomática de nuestro vecinos del norte, provocando así una homogeneidad lingüista artificial.
Primero nuestros científicos barra cultos barra expertos barra para nada politizados, nos dijeron que la lengua valenciana era una variante dialectal del catalán, pero como esto no se sostenía por ningún lado porque el mero hecho de ver la trayectoria de ambas lenguas a través de la Historia, ya hace imposible esa teoría, nos dijeron que vale, que igual con lo de dialecto se habían pasado, que sí, que somos una lengua, pero la catalana, solo que aquí se llama valenciana. Y esa es la razón por la que nos entendemos, porque somos la misma cosa. Esto con el tiempo pasó a ser una razón también muy surrealista y absurda, porque fonética, léxica y morfológicamente hemos evolucionado de forma diferente y durante siglos nadie tuvo ningún problema con eso. Ambos pueblos han convivido en perfecta armonía sin la necesidad imperiosa de posicionar a una lengua por encima de la otra.
Como las razones con las que intentaron convencer a la sociedad valenciana no se las creía nadie, lo intentaron con otra cosa mucho más romántica que tocara de lleno el hemisferio derecho de la gente; la lucha por una hipotética unión de los territorios de la antigua Corona de Aragón (que me da a mí que Aragón pasa bastante del tema) para hacer un frente común de hermanamiento súper invencible y derrotar así al enemigo común.
A mí esta idea me parece muy interesante, a nivel cultura y político podrían hacerse un montón de cosas positivas, pero no me gusta cómo se está enfocando, no termino de entender por qué para hermanarse hace falta unirse lingüísticamente, ni tampoco entiendo por qué es la lengua de mi país la que tiene que ser sacrificada.
La idea de fusionar el catalán y el valenciano y convertirlo en un monstruo de dos cabezas nunca salió del pueblo, salió de los despachos valencianos. Fueron los políticos allá por el principio del siglompasado, quieren produjeron y ejecutaron los acontecimientos. ¿La razón? la de siempre, el poder. El conflicto lingüístico se sigue utilizando para garantizar el poder o el asalto al mismo de unos y otros.
He ordenado los partidos por orden de aparición en la escena valenciana, así que empezaré hablando del PSOE. Veamos si hubo intervención política o no..
De universitarios rebeldes a adultos acomodados. Los primeros pasos.
En los años 60 varios universitarios de la Universidad de Valencia como Eliseu Climent, Joan Francesc Mira , Josep Vicent Marques y Alfons Cucó entre muchos otros, formaron varios grupos estudiantiles y partidos políticos aquí en el Païs Valencià:
– 1960 – 1962: Moviment Social-Cristià de Catalunya (MOSCA)
– 1962 – 1964: Acció Socialista Valenciana (ASV)
– 1964 – 1968: Partit Socialista Valencià (precursor del PSPV-PSOE)
Lo que defendían aquellos estudiantes la mayoría pertenecientes a la pequeña burguesía i muy de derechas, pocos era hijos de trabajadores y por ende los sucesivos partidos políticos que iban formando, era una comunidad nacional llamada països catalans donde se integraran Baleares y el país valencià, y la lengua catalana como lengua oficial.
Ni ellos ni la ideología de los tres partidos ni de las entidades que formarían en el futuro, tenían ninguna vinculación ideológica o familiar con los grupos valencianistas republicanos y antifascistas previos a la Guerra Civil, su influencia venía del socialismo catalán de Josep Pallach y de los grupos socialcristianos de Jordi Pujol, con el que además tuvieron muy buenas relaciones.
A día de hoy la amistad entre Climent y el exvicepresidente ejecutivo de Banca Catalana sigue siendo muy buena, tanto, que Pujol calificó el «trabajo» de Eliseu Climent como «los frutos de un esfuerzo que formarán parte para siempre del patrimonio de nuestro país, nuestra cultura y nuestra lengua» (Levante 14/07/12)
El Partit Socialista Valencià (PSV, que como he dicho antes, es el precursor del PSPV- PSOE) se implantó en la Universidad de Valencia ya que todos sus fundadores procedían de allí, llegaron a editar hasta tres revistas comarcales: Terra Forta, Solc y Xuquer. También colaboraron con Ómnium Cultural en una campaña bajo el lema «Vint mil valencians demanen l’us de la llengua a l’Esglesia». En 1968 el PSV se disuelve y sus miembros pasan a formar parte de otros partidos, Joan Francesc Mira a Bloc Nacionalista Valencià o Alfons Cucó que acabó en el PSPV-PSOE, Eliseu Climent por el contrario inició su etapa como empresario con la editorial Edicions Tres i Quatre, una editorial que solo edita libros en lengua catalana.
La Universidad de Valencia; un punto muy caliente
En 1975 profesores y profesoras de la Universidad de Valencia , algunos y algunas ahora son miembros de L’IEC (Institut d’Estudis Catalans) o de partidos como Bloc Nacionalista Valencià y PSOE, realizan un manifiesto llamado «La Lengua de los Valencianos», donde textualmente se afirma que «el valenciano es una variante dialectal del catalán y que no se entendía cómo se podía defender una postura contraria». Para elevar el documento a la categoría que autoridad científica incuestionable, se les pide a los académicos de las academias «españolas», la RAE y la Real Academia de la Historia, que planten su firma. En 1979 se edita de nuevo el mismo manifiesto pero esta vez, con muchas más firmas.
Nadie en su sano juicio se atrevería nunca a poner en duda dicho manifiesto porque hacerlo sería como cuestionar la sabiduría y la objetividad de las personas implicadas, y eso no está bien visto, pero después de tantos años, la experiencia nos ha enseñado que el hecho de que un montón de personas pertenecientes a la parte alta de la jerarquía firmen un documento no demuestra nada. Gracias a los medios de comunicación sabemos lo corrompidas y politizadas que pueden llegar a estar las instituciones, incluidas las universidades.
De alguna manera la Universidad de Valencia empezaba a preparar el terreno para lo que vendría después, así que entre medias de los dos manifiestos, en 1978, crea l’Institut Interuniversitari de Filología Valenciana (IIFV). El objetivo según ellos era «específicamente el estudio del valenciano, y de forma general el de la lengua y la literatura catalanas de las cuales forman parte». Ya casi estaba todo, un organismo universitario preparado para funcionar y dos manifiestos firmados por mucha, mucha gente para enseñarlo como prueba (¿soy yo o todo esto se parece mucho a las actas firmadas del Máster de Cifuentes?), ya solo faltaba que los políticos hicieran su trabajo. Y lo hicieron..
En febrero de 1995, en el debate de política autonómica, Izquierda Unida presenta una moción por la cual pedía al gobierno valenciano que otorgara todas las competencias lingüísticas a l’Institut Interuniversitari de Filología Valenciana. La moción fue aprobada con los votos del PSOE. Solo unos días después los miembros de l’Institut Interuniversitari elegían como director a Antoni Ferrando:
– Antoni estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia
– Es miembro de l’Institut d’Estudis Catalans (IEV) desde 1985
– Miembro desde ese mismo años de la junta de gobierno de l’Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanas. Director de la misma desde 2012.
– Miembro de la Reial Academia de Bones Lletres de Barcelona desde 1998
– Miembro desde 2001 de la Academia Valenciana de la LLengua (AVL)
– Ha sido colaborador en el semanario de El Temps, propiedad de Eliseu Climent
(Antoni Fontelles, Societat, Ciencia i Idioma Valencià)
No hace falta ser muy lista o listo para imaginar qué rumbo habría cogido l’Institut Interuniversitari de haberse convertido en la máxima autoridad lingüística en el país, tal y como pedía Izquierda Unida y PSOE. Finalmente la cosa no cuajó y el IIFV no terminó teniendo las competencias lingüísticas que querían darle.
Si esto no es intervención política.. yo ya no sé ya.
No es extraño pues que la misma universidad de donde salieron todos los artífices, la misma que pidió el manifiesto firmado por gente súper mega elitista e importante, la misma a la que los políticos le intentaron dar la máxima autoridad en materia ortográfica con un miembro de l’Institut d’Estudis Catalans al frente, sea la que pide que se acate la unidad lingüística.
Tampoco es difícil imaginar qué teoría de las tres que existen: Occitana, Catalana repoblacionista y Valenciana aotoctona, se enseña en la Universidad de Valencia como verdad absoluta. Lo ético y científico sería enseñar las las tres, porque cuanta más información se tiene, mejor puedes entender el pasado y el presente. A mí me escandaliza que en las universidades se cuente una única versión afín a los intereses que se quieren preservar, me escandaliza que la información se ampute deliberadamente. Y se hace, claro que se hace.
«Parte del trabajo de los historiadores es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera u otra» (Noam Chomsky)
De universitarios rebeldes a adultos acomodados parte II
En 1978 Eliseu Climent pone en marcha ACPV, Acció Cultural del País Valencia. Una entidad cuya función sería la de defender la cultura y la lengua valenciana. Más o menos es como un Ómnium Cultural a la valenciana, pero sin lo de «a la valenciana». ACPV es la entidad que está detrás de muchas de las manifestaciones que se hacen en el Païs Valencià.
Ese mismo año también nacía el PSOE-PSPV, ese partido que es todo coherencia, igual apoya el 155, que entrega el Premio Convivencia a Sociedad Civil Catalana (entidad contraria al independentismo catalán), que reparte 120.000 euros en el País Valencia entre diarios indepes catalanes.
El primer presidente de ACPV fue Joan Fuster (estudiante también de la Universidad de Valencia), luego fue Eliseu Climent y ahora lo es Joan Francesc Mira. ACPV era la propietaria de los repetidores de TV3. El Tribunal Superior de Justicia (gobernaba el PP) impuso una multa de 800.000 euros (las cifras bailan un poco según quién de la noticia) porque las emisiones no eran legales. Pero no os emocionéis, el PP votó años antes a favor de la emisiones de TV3, así que lo de la multa era una mera estrategia. Menos mal que Eliseu es un hombre con amigos poderosos y tanto Compromis como Pujol y Maragall se ofrecieron a ayudar a pagar la multa de ACPV.
En el año 2012 el Supremo no solo anula la sanción a ACPV, sino que además le devuelven 350.000 €.
En 2004 ACPV adquiere el Edificio El Siglo de Valencia para ubicar su sede y utilizarlo como centro cultural. Es un edificio en el centro de la capital cerca de la Plaza del Ayuntamiento, así que os podéis imaginar la pasta que tuvo que costar aquello. Pero no pasa nada, porque para eso está el pueblo catalán, para pagarlo. Sí, la Generalitat de Catalunya no solo pagó buena parte de los costes de adquisición y rehabilitación con dinero público, sino que paga anualmente los 660.000 eurazos que cuesta la hipoteca de la sede.
Edificio El Siglo. Sede de Acció Cultural del País Valencia (ACPV) Valencia, cap i casal.
He hecho una prueba. He entrado en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya y he buscado subvenciones al azar. No han tardado mucho en salir unas cuantas:
ACV Tirant lo Blanc es una entidad cultural valenciana cuyo secretario estudió en la Universidad de Valencia y pertenece al partido Bloc Nacionalista.
Edicions del País Valencià es una empresa de Eliseu Climent.
Bromera. Otra editorial valenciana que solo edita en lengua catalana.
Hay que ver la pasta se gasta el Govern Catalá para promocionar mi lengua en mi propio país, ¿eh? (guiño, guiño, codazo).
Podría seguir hablando de un montón de entidades como los Casals Jaume I, la Fundació Josep Renau, Fundació Ausiàs March, Institut Civic i de Pensament Joan Fuster, Escola Valenciana o el semanario El Temps, creado también por Eliseu y Joan Fuster entre otros. Tiene sedes en Valencia, Barcelona y Palma de Mallorca y una extensa red de colaboradores entre los que destacan el valenciano Josep Vicent Sanchis i Llàcer, que es además el vicepresidente de Ómnium Cultural desde hace diez años. Todas esas entidades y asociaciones culturales están relacionadas entre sí y tienen un «subvencionador» común.
A mí me da la impresión de que subvencionar una cultura y una lengua en otro territorio durante varios lustros tiene que ver con el hecho de querer introducir algo de forma lenta y gradual pero deliberada a la vez , más que lo que se pretende hacer creer, que es un intercambio cultural entre dos territorios con un pasado en común. Tenemos mucho más en común con Aragón y no nos hemos acercado a ellos con tanta urgencia e intensidad ni en lo idiomático ni en lo político ni en lo cultural. Y si a todo esto además le sumamos que los destinatarios de las subvenciones del govern valencià (el que sea) son los mismos, llamadme loca, pero yo aquí veo intereses políticos.
También chirrían cosas como que un sector de Compromís iniciara los trámites para la creación del dominio .val y .PVA, pero desde Bloc Nacionalista Valencià, que es el sector afín a la unión de todo, se le instara a parar el proceso, o que nos hayan hecho creer durante mucho tiempo que hablar valenciano es sinónimo de hablar mal, o moro, o inculto, justificando así el empeño por estandarizar la lengua. ¿Y podría ser que nuestra situación económica beneficie a los actores de trama? ¿Le interesa a más gente de la que creemos que el Païs Valencià sea un territorio infrafinanciado para que no crezcamos demasiado? ¿Es posible que todo esto dañe la autoestima colectiva y la percepción que tiene el pueblo valenciano de sí mismo? ¿Por qué llevamos años manteniendo un valencianismo de perfil bajo, sumiso, manejable y obediente? ¿A quién no se quiere «ofender»? Estas preguntas a veces sobrevuelan mi cabeza en un intento por querer saber qué hay detrás de todo esto.
El problema de todo lo anterior, es decir, lo idiomático, el veto a la hora de tener nuestras propia presencia en internet, nuestra propia proyección exterior, la poca repercusión de nuestro deporte nacional, de nuestra Muixeranga (siempre confundidas con los Castells de Catalunya), de nuestra arquitectura propia como los riuraus, las barracas, de nuestra literatura, el ahogo a nuestras infraestructuras portuarias y ferroviarias (el aeropuerto del sureste, o más conocido como el de Alacant – Elx, no tiene conexiones ni con el TRAM de Alacant ni de ningún tipo) y en general la decadente gestión que se hace de nuestros recursos, de nuestro potencial cultural, económico y turístico (en lugar de trabajar por un turismo respetuoso y ecológico donde poder enseñar a la gente nuestra flora y fauna autóctona, nuestros ríos, nuestros humedales y nuestros bosques (que los tenemos) hemos dejado que el ladrillo sea la única vía posible urbanizándolo todo) hace pensar que hay demasiadas personas interesadas en seguir asfixiando al pueblo valenciano, lo cual supone una herramienta de control muy poderosa.
Volviendo al tema del idioma, a mí personalmente me da igual qué lengua estaba antes o si una viene de la otra o no, esos son debates superficiales a los que los políticos les viene muy bien que los valencianos nos perdamos para no ver el fondo. Sépanlo, sépanlo de una vez por todas.. No, nunca nos preguntaros si queríamos hablar catalán. No lo hicieron. Punto. Un día nos despertamos y la ortografía valenciana fue suprimida y sustituida por la catalana. Así fue. Fácil, sencillo. Ellos tienen el poder y lo ejercieron. Y mientras el pueblo valenciano se desmembraba entre pancatalanistas y blaveros, ellos, los artífices, se iban a casa sabiendo que pronto recogerían los frutos del divide et impera. Y ahí siguen PSOE y PP con su partido de ping pong amañado, uno representando el patriotismo valenciano disfrazado de patriotismo catalán, y el otro lo mismo pero disfrazado de patriotismo español.
Pura farsa. Cuando el pueblo se cansa de uno vota al otro y así sucesivamente. Y mientras tanto nuestra cultura, nuestra lengua y toda la historia de nuestro pueblo se escapa por el desagüe de las cloacas del poder político, al tiempo que los abducidos son convocados a manifestaciones donde, o bien solo hay banderitas españolas o bien solo lacitos amarillos. Y de ahí no pasamos.
Tengo que reconocer que cuando llegó Podemos tuve la esperanza de que destapara la «emprastrá» y empezara a sacar mierda. Habría sido la mejor forma de devolverle al pueblo valenciano su lengua y su autoestima. Pero no hicieron nada, simplemente miraron como acontecía todo, simplemente se dejaron engullir por la mentira y pasaron a formar parte de ella. Nadie es capaz de desmontar la estructura centralista catalano-española que hay en las instituciones valencianas, todos forman parte de ella, todos se benefician de ella.
A toda esas gente que afirma que hablo inculto, a todos los que firmaron los manifiestos, a todos y todas los que habéis vendido la lengua valenciana por pactos políticos, a todos los que se os llena la boca diciendo que defendéis nuestra cultura y nuestro idioma mientras ponéis la mano para recibir subvenciones de los partidos políticos, a todos los que miráis para otro lado, os diré algo, ¡A la mierda!
Mientras haya una sola persona que prefiera hablar el valenciano de sus abuelos antes que la versión artificial, pija y aburguesada que nos habéis vendido, mientras haya alguien que no se trague vuestra pantomima disfrazada de izquierda y progresismo, valdrá la pena seguir luchando por nuestro país, nuestra lengua y nuestra cultura
Fuentes consultadas:
El País, EsDiario, Valencia Hui, ElDiario.es, ABC, Levante, Gentcat.cat, Societat, Ciencia i Idioma Valencià (Antoni Fontelles), Wikipedia, Viquipèdia
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