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LA POESÍA RELIGIOSA

By 31 marzo, 2018abril 10th, 2018Artículo, Juan Benito Rodríguez Manzanares, Patronos

Juan Benito Rodríguez Manzanares, Patrono

Académico de la Academia Internacional de Ciencias, Tecnología, Educación y Humanidades
Académico de la Academia de Luminescência Brasileira

En estos tiempos que nos ha tocado vivir, y prácticamente en todas las épocas de la vida, la religión ha sido, es, y posiblemente será, un tema controvertido que da pie a los más diversos debates, desde si es real o imaginario lo que en las diferentes religiones se predica, hasta el mero hecho de poner en tela de juicio si dios existe, (el que cada religión tenga), pero como en ocasiones se dice, hasta la persona más atea, en momentos de peligro real e inminente, se aclama a Dios.

Y este apego que tenemos las personas hacia una u otra religión, es lo que nos lleva, y siempre nos ha llevado a componer poesía religiosa, esa que como dedicamos a nuestra deidad de devoción, sale del corazón, dirigiendo nuestra pluma para componer unos versos llenos de gratitud, amor y todo tipo de buenas sensaciones y emociones.

Así, con esta introducción, que en cierta manera nos ha acercado un poco más a Dios, y a la religiosidad en todos sus sentidos, voy comentar, aunque sólo sea de manera superficial, algunos aspectos de la poesía mística y religiosa, pues, aunque puedan parecer lo mismo, en realidad, aunque tengan cierta similitud, no lo es.

La poesía mística, tiene cierta relación con lo misterioso, y de alguna manera, incluso con lo oculto y esotérico, pues nos habla de cómo conseguir alcanzar el grado máximo de unión de nuestra alma con lo todo lo Sagrado, ensalzando incluso los prodigios que unos pocos privilegiados experimentan en su ser y en su alma, al establecer comunicación con Dios, al entrar en éxtasis o experimentar ciertas visiones.

Es en las religiones monoteístas como el cristianismo, el judaísmo, el islam y el zoroastrismo, donde puede darse con cierta frecuencia de este tipo de poesía, aunque es la religión cristiana la que, sin ningún tipo de dudas, ostenta el primer puesto.

También podemos encontrar la poesía mística en algunas religiones politeístas como el hinduismo; o en otras religiones que, más que religiones, son un estilo o filosofía de vida, como el budismo, donde se equipara la comprensión del pensamiento y la perfección del ser interior con un grado superior.

Uno de los mayores exponentes de la poesía mística fue San Juan de la Cruz. Pero los dos mayores exponentes de todos los tiempos fueron Santa Teresa de Jesús en verso, y Santa Teresa de Ávila en prosa.

La poesía religiosa es una poesía que, en este caso sí que, sin lugar a dudas, podríamos decir que es propia o característica del cristianismo, pues es la religión donde eminentemente se ha compuesto este tipo de poesía desde el albor de la misma, siendo el siglo XI, uno de sus momentos álgidos en el que se puede relacionar con la lírica italiana, desarrollándose en su más alto grado en el centro de Italia, en la región de la Umbría. Es por ello que la poesía religiosa está considerada como la primera forma de la literatura italiana, y fue la primera forma de teatro que definió los diálogos presentes en los poemas.

En esta forma de componer poesía, se enfatiza la expresión de la fe y/o la enseñanza de los preceptos fundamentales de la religión, y está destinada a llegar hasta lo más profundo de los corazones de los seguidores de la fe cristiana.

Algunos de los principales autores de poesía religiosa, fueron, San Francisco de Asís, y, Jacopone da Todi, a los que podría añadir a Blanco Siena, uno de sus más grandes seguidores, todos originarios de la región de la Umbría, que como citaba anteriormente, fue un lugar principal de la poesía religiosa.

Como primer ejemplo de poesía religiosa cristiana, podemos considerar el Anonymi carmen De laudibus Dominios, el cual, se remonta a los orígenes del cristianismo. El nombre de esta primigenia obra en español sería, Poesías en unas alabanzas anónimas del Señor, aunque también es conocido como Laudes Domini – quod cum miraculo accidit en Aeduico, siendo esta obra un poema compuesto en latín, en hexámetros, y con una cantidad de 148 versos.

La poesía religiosa tiene a Dios, o algún santo o beato como tema central de la misma, constituyendo un enlace con ellos, sobre todo con Dios, y puede plantear diversas temáticas como la inmortalidad del alma, el servicio incondicional a la figura principal del poema, el estado de gracia de quien lo escribe, o cualquier otro estadio donde se demuestre de una manera incontestable, el amor y la veneración a quien va dirigido el poema.

Además de Dios o algún santo o beato, la poesía religiosa también puede hacer referencia a un pasaje de las Sagradas Escrituras, como el Nacimiento de Jesús, la Anunciación a los Pastores, o la Pasión del Señor. E incluso a algún objeto inanimado como la estrella que guió a los Magos hasta donde nació Jesús, o al Santo Cáliz.

Algunos de los máximos representantes de la poesía religiosa en España, pueden ser entre otros autores, Francisco de Quevedo, fray Hernando de Talavera, fray Alonso de Madrid, fray Francisco de Osuna, fray Bernardino de Laredo, San Juan de Ávila, o fray Luis de León con su obra Los nombres de Cristo.

Puntualmente otros poetas, como quien escribe el presente artículo, también hemos compuesto abundante poesía religiosa.

Dentro de las distintas épocas de la vida y sus respectivas corrientes, cabe apuntar que, el Renacimiento, marcó una gran división entre lo natural y lo sobrenatural, siendo en esta época cuando se desarrolló y manifestó en su máximo esplendor la poesía religiosa. Por el contrario, en la Edad Media, anterior al Renacimiento, se mezclaban a Dios, la Virgen y los Santos en todo tipo de situaciones y asuntos mundanos.

Así, con esta breve reseña, quiero invitar a todos los lectores a iniciarse en la poesía religiosa y descubrir algunas de las más bellas composiciones poéticas de todos los tiempos.

Publicado en la revista Las nueve musas, el domingo 25 de marzo de 2018