José Vicente Gómez Bayarri
Historiador
Académico de número de la Real Academia de Cultura Valenciana
Actualmente la celebración de la festividad del “9 de Octubre” es una muestra del sentimiento de nuestra valencianidad y ha de ser un día de marcada autoestima de los valencianos por conmemorar la creación institucional del reino cristiano de Valencia en el siglo XIII por voluntad de un monarca conquistador y legislador.
El espíritu jurídico del rey Jaime I se materializó con la concesión de los “Furs” y el otorgamiento del título de “Regnum” cristiano al concebir su conquista con un sentido patrimonial que no descubrió abiertamente hasta la ocupación de la capital del Reino. Consecuentemente, surgió como una plasmación de la voluntad expresa de dicho Soberano.
El reino de Valencia se fue configurando a lo largo de los siglos forales medievales, condicionado por los hechos de conquista, repoblación, voluntad de los reyes y circunstancias sociopolíticas.
Los valencianos nos debemos sentir orgullosos y deudores del legado político y jurídico que nos dejó el rey Jaime I el Conquistador. Las instituciones creadas fueron un modelo y ejemplo para constituciones modernas. Recurrió al Derecho y la Justicia como vías pacíficas para establecer normas de convivencia, en un período de enfrentamientos guerreros, negociaciones de paz, avances conquistadores y etapas de repoblación. El ideal de don Jaime fue la unidad de legislación y de jurisdicción. Lo primero lo logró con la promulgación de los “Furs”, código único de todo el nuevo Reino. Lo segundo, lo institucionalizó creando la magistratura del Justicia, elegido por el Rey, de la terna formada por los jurados y hombres buenos, y debía de ser un ciudadano no caballero.
Este ordenamiento jurídico propiciará un cierto grado de autogobierno regnícola, permitiendo al Soberano configurar un nuevo Estado dentro del seno de la Corona de Aragón.
Un documento de los “Manuals de Consells” de la ciudad de Valencia fechado el 28 de septiembre de 1338, exactamente, un siglo después de la conquista de la ciudad de Valencia por el monarca Jaime I, refleja que el Consell acuerda que se celebre solemnemente el primer centenario de la entrada oficial del rey de la Corona de Aragón en el “cap i casal del nou Regne cristià” y que dicha efeméride se celebre todos los años.
El registro manifiesta en valenciano:
“Primerament, que en lo dia de Sent Dionis, que sera lo noven dia del mes de octubre del present any MCCCXXXVIII, se faça proceso general de clergues e de religiosos que son en la dita Ciutat, la qual proceso, ab los prohomens e poble de la dita Ciutat, partesca ab creus de la esgleya catedral de Nostra Dona”.
Más adelanta el documento señala que:
“ordena lo dit consell que, per tots temps, cascun any, ço es, lo noven dia del mes de octubre, se faça semblant proceso a honor de Deu e de la Verge mare sua, e tota la cor celestial”.
Desde el siglo XIV hasta hoy en día, a pesar de las diversas vicisitudes, acontecimientos políticos y sentimiento patriótico de los valencianos se ha rememorado la celebración del 9 de Octubre con actos muy diversos. La procesión cívica con los estandartes identificativos de nuestra historia y la acción de gracias en la Catedral Valentina por el hecho de la incorporación de las tierras valencianas a la Cristiandad no ha perdido su sentido original.
El símbolo externo más significativo de la celebración es la Señera Real que ha representado tradicionalmente la exaltación de la sensibilidad y emotividad de ser y sentirse valenciano durante siglos y el símbolo emblemático de una entidad histórica y política propia.
En la actualidad la fiesta es una manifestación de consciencia ciudadana y acto de afirmación de nuestra identidad como pueblo soberano. A la procesión cívica se han ido incorporando actos institucionales de la Generalitat y actividades lúdicas.
Los valencianos del antiguo reino de Valencia hemos de enorgullecernos de la conciencia de identidad que tenemos y que expresamos conmemorando todos los años esta festividad centenaria incorporada al calendario festivo como una representación sacra y popular.