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DOCUMENTO BÁSICO DEL VALENCIANISMO DESDE LA REAL ACADEMIA DE CULTURA VALENCIANA

By 20 enero, 2017marzo 13th, 2018Artículo, José Aparicio Pérez

José Aparicio Pérez

Académico Numerario.
Último Académico Perpetuo

El Pueblo Valenciano es, hoy, un pueblo libre y soberano, dueño de su destino que decide colectivamente. No necesita salvadores ni redentores.

Ha construido, a lo largo de su historia, una lengua y una cultura en un territorio que, con variaciones circunstanciales, se extiende desde el Cenia hasta el Segura, el actual que conocemos como Comunidad Valenciana por lamentable decisión política. El nombre histórico que le corresponde es Reino de Valencia.

La Lengua, tanto escrita como hablada, es un medio de comunicación esencial. Y un signo de identidad. En la Comunidad Valenciana existen tres, la castellana/española, la valenciana y la de las tierras del interior, para las que un filólogo ha propuesto el nombre de “churro”, válido como cualquier otro y preciso por necesario.

La castellana es de importación, consolidada desde hace varios siglos y plenamente aceptada, especialmente en las grandes ciudades.

La lengua valenciana y la “churra” se han creado desde la más antigua prehistoria. Sabemos que los neandertales valencianos ya podían emitir sonidos, que no gruñidos, al disponer del hueso hioides. 30.000 años más tarde, los iberos tenían ya una lengua perfectamente estructurada que pudieron escribir, con ayuda de semi silabarios/alfabetos orientales prestados. La llegada del latín la transformó profundamente. Otras aportaciones posteriores se sumaron y, tras la conquista por Jaime I para el Reino Aragonés, ya nos aparece como “valentina lingua” y lengua valenciana, nombre que es el que le corresponde por historia, naturaleza, entidad y voluntad colectiva.

Hoy, la Lengua Valenciana o Idioma Valenciano es una lengua viva, muy viva entre el pueblo valenciano, usada permanente y especialmente en el día a día “dels nostres pobles” desde el Cenia al Segura.

El Centro de Cultura se creó en 1915, a imagen y semejanza del Instituto d’ Estudis Catalans como centro de estudio, trabajo e investigación, en todas las ramas del saber humano. El Centro de Cultura Valenciana, además, para la defensa de su Lengua, Historia y Cultura.

La Real Academia de Cultura Valenciana, nombre actual del Centro, tiene los mismos fines y objetivos.

La creación de la Academia Valenciana de la Lengua, catalana al decir, sentir y dictaminar de sus miembros, es incompatible totalmente con la Real Academia de Cultura Valenciana. La Paz Lingüística, que la AVL pretende cerrar por un conflicto que ha originado su propia creación, no tiene sentido.

El que la RACV la acepte como la máxima autoridad lingüística es una incongruencia falta de sentido.  Las migajas lingüísticas que pretende ofrecer a cambio, un insulto a la inteligencia y al sentido común. La falaz oferta de incluir unas decenas de autores valencianos en libros de textos cuyo contexto, lengua, literatura, historia, etc. es totalmente catalán, una burla inaceptable.

La RACV tiene su gran Diccionario de la Lengua Valenciana, su Gramática y todo lo necesario. El Pueblo Valenciano, a través de Lo Rat Penat, el GAV y múltiples asociaciones culturales desde el Cenia al Segura están con ella. Las Asociaciones Culturales “Amics de la Real Academia de Cultura Valenciana” y  “Patronato de la Real Academia de Cultura Valenciana” , legalmente constituidas, a pesar de su independencia se crearon por ella y para ella y han sido esenciales desde su creación para aumentar sus actividades y desarrollar muchas de ellas, siendo siempre un “seguro de vida” en circunstancias extremas.

La AVL que siga su propia trayectoria para la Lengua Catalana. De la misma manera que hay academias y centros para el inglés, francés, italiano o alemán, lenguas extranjeras también.

La RACV seguirá la propia del Pueblo Valenciano, al que sirve desde hace más de cien años.

Sus Académicos, aparte representantes políticos, son fieles a estos principios, ya que su elec ción lo exige, cualquier aparente desviación , quizás por estrategia de supervivencia, no afecta a la esencia de los mismos, siendo exclusiva responsabilidad de quien la asuma.